Es moneda corriente de varios países latinoamericanos abrirse a la tecnología e importar medidas como recetas mágicas como una respuesta a su inserción al mundo desarrollado, al primer mundo, cuando en realidad no se establecen objetivos acordes a la realidad social, política y económica del lugar de aplicación.
Toda teoría o metodología que es aplicada sin evaluar y conocer las realidades de los lugares de aplicación corren el riesgo, el alto riesgo, de transformarse, en el corto plazo, en errores estratégicos que sólo contribuyen a una mayor dependencia del dispositivo y a generar un daño educativo generacional.
Si bien la irrupción de la tecnología en las aulas es una herramienta muy útil para considerar al momento de plantear una actividad o un tema, lo cierto es que en la mayoría de los casos los docentes no estamos, en un gran número, capacitados para afrontar una clase "digital", y en varios casos son los alumnos los que no prestan atención a los docentes por "estar" conectados todo el tiempo.
Esta situación planteada por parte de las autoridades educativas que los docentes tenemos que dar clases tecnológicas porque ahora los chicos tiene computadoras, tiene una sola respuesta: de qué sirven las computadoras en los colegios si los chicos tampoco están en condiciones pscico - sociales de trabajar y realizar actividades con objetivos precisos. Trabajar con un computador no es sólo navegar por Facebook, ver videos en YouTube y chatear por MSN.
Acercar las brechas tecnológicas entre docentes y alumnos es un desafío que debemos trabajar cuando las condiciones primarias sean resueltas y no salteando escalones por el solo hecho de copiar medidas y políticas, sin una planificación exhaustiva, de países con una gran desarrollo estratégico en lo social y político .
Considero que el gran dilema educativo de estos años sigue siendo el pedagógico, la manera en que llegamos y construimos un saber con los alumnos. Las sociedades están constantemente en transformación, los alumnos resignifican los procesos de maneras diferentes a cada segundo, la pobreza y la constitución de la familia sigue siendo el emergente social más importante a resolver, y además de todo esto, los docentes tenemos no sólo que educar en estos contextos y realidades, sino también que incorporar herramientas sin un completo conocimiento acerca del funcionamiento de las mismas.
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